jueves, 19 de abril de 2012

Dime qué calzabas de pequeño y te diré dónde te has criado


Cada niño español ha calzado por lo menos una vez en su vida un par de zapatillas Victoria.



En Francia, el hábito de las bambas veraniegas es el mismo, solo cambia la marca: Bensimon.



En los dos casos, lo que empezó siendo unas deportistas de tela y suela de goma, se han convertido con el paso de los años y de las generaciones en una especie de mito.
Las fashionistas de ambos países han decidido volver a los básicos e incluir a sus armarios estas zapatillas que en un primer tiempo pueden parecer infantiles.
La moda cruzó la frontera y ambas marcas se han convertido en el no va más en el país vecino. Como cualquier producto que conoce el éxito, se ve en ellos una interesante fuente de ingresos y como era de esperar, los precios se han disparado. 
Lo que antes era un calzado cómodo y barato que nuestras madres podían renovarnos cada temporada sin ningún tipo de problema, se ha convertido en una pieza especial que supera casi siempre los 30 euros.
El lado positivo quizás, sería que gracias a esto, se han visto las colecciones ampliadas. Nuevos colores, estampados, materias...

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