martes, 24 de abril de 2012

Lecciones de elegancia


La marca Hermès siempre tuvo un significado especial para mi. 
Está relacionada por ejemplo a uno de mis olores favoritos, la colonia Rouge d’Hermès que solía llevar mi madre. 
Hermès es también los famosos carrés de la marca, sus fulares que nunca pasan de moda y que en un instante aportan el toque de elegancia a cualquier mujer.
Solía ver a mi madre llevarlos alrededor del cuello, o colgando de las asas de su bolso. En ocasiones también podía usar unos doblados de tal forma que le servían de falda o de bustier.
Por mi juventud, hasta ahora prefiero llevarlos atados en el pelo, hasta que me sienta lo suficientemente mayor para atreverme a otros usos.


Hermès es entonces para mi, una verdadera herencia que me dejó mi madre.
Más allá de los objetos que me haya podido dejar, es un espíritu, un gusto para las bellas cosas y el saber hacer de unos artesanos que a través de su labor saben embellecer a las mujeres desde hace décadas.
Cuando me enteré que esos mismos artesanos hacían una parada en Madrid para enseñar al público sus técnicas de trabajo, me fui encantada a esas jornadas de puertas abiertas.
Pude hacer unas cuantas preguntas a un especialista en la fabricación de accesorios para la hípica, sobre todo las sillas de montar. La marca empezó su historia en el mundo del caballo y por eso este animal figura en su logotipo.
Luego me acerqué a una dibujadora de fulares y pude apreciar todos los detalles de su arte.
Desde luego, una visita muy enriquecedora.


Festival des Métiers
Un encuentro con los artesanos de Hermès
Fundación Carlos de Amberes
Calle Claudio Coello 99
Madrid
Del 24 al 28 de abril de 2012

jueves, 19 de abril de 2012

Dime qué calzabas de pequeño y te diré dónde te has criado


Cada niño español ha calzado por lo menos una vez en su vida un par de zapatillas Victoria.



En Francia, el hábito de las bambas veraniegas es el mismo, solo cambia la marca: Bensimon.



En los dos casos, lo que empezó siendo unas deportistas de tela y suela de goma, se han convertido con el paso de los años y de las generaciones en una especie de mito.
Las fashionistas de ambos países han decidido volver a los básicos e incluir a sus armarios estas zapatillas que en un primer tiempo pueden parecer infantiles.
La moda cruzó la frontera y ambas marcas se han convertido en el no va más en el país vecino. Como cualquier producto que conoce el éxito, se ve en ellos una interesante fuente de ingresos y como era de esperar, los precios se han disparado. 
Lo que antes era un calzado cómodo y barato que nuestras madres podían renovarnos cada temporada sin ningún tipo de problema, se ha convertido en una pieza especial que supera casi siempre los 30 euros.
El lado positivo quizás, sería que gracias a esto, se han visto las colecciones ampliadas. Nuevos colores, estampados, materias...

miércoles, 11 de abril de 2012

Tal día como hoy, el 10 de abril de 1814


La Batalla de Toulouse opuso el 10 de abril de 1814 a las tropas del Emperador Napoleón a una coalición anglo-hispano-portuguesa. En esa misma fecha de este año se celebró el 198e aniversario del evento en lo alto de las colinas del barrio de Jolimont.
Todo ello gracias a una asociación de preservación de la memoria histórica que vela para que cada año este día no caiga en el olvido. 


En aquel 10 de abril de 1814 los 65 000 habitantes que cuenta entonces la ciudad de Toulouse están temblando. En sus calles, cerca de sus casas, se están enfrentando 42 000 soldados del Emperador Napoleón Primero contra otros 52 000 soldados de la coalición anglo-hispano-portuguesa.
El capítulo final tiene como teatro la colina del Calvinet en el barrio de Jolimont. A pesar del mal tiempo, las tropas imperiales que se encuentran bajo el mandamiento del mariscal Soult lucharan durante más de diez horas. 
Pocos días antes Napoleón cayó de su trono, pero la noticia todavía no ha llegado a las tropas que luchan en el frente. Centenares de soldados dejarán sus vidas en Toulouse, cuando esa sangrienta batalla se hubiera podido evitar.
Algunos ven una derrota de los franceses, obligados a abandonar la ciudad. Otros defienden la tesis de una victoria defensiva. Las tropas del mariscal Soult consiguen llegar hasta Revel en la noche del 11 al 12 de abril 1814 sin despertar a los británicos.


“Esta batalla suele brillar por su ausencia en los manuales de Historia. La mayoría de los habitantes de Toulouse la desconocen. Es por ello que hemos decidido crear una asociación cultural en el 1999, para conmemorar este trozo de la historia de la ciudad” explica el teniente coronel Roland Pierquin, uno de los fundadores de la asociación del 10 de abril 1814.
Reunidos en el parque del Observatorio de Jolimont, debajo de su conocida columna, políticos locales y personas en traje de la época han recordado el evento el último día 10 de abril.



Dentro de dos años, se celebraran el bicentenario de la batalla. Para la ocasión se prevé una reconstitución con más de 250 participantes que vendrán de Inglaterra, España y Portugal. Michel Pech, encargado de la memoria de los antiguos combatientes en el ayuntamiento de Toulouse espera que será un gran evento.

martes, 10 de abril de 2012

Quizás dentro de 26 días termina la era Sarkozy

A estas alturas todos sabemos que las elecciones a la presidencia del gobierno francés se acercan. Por los que todavía lo ignoraban, me pregunto en qué sociedad alejada de todo ruido mediático vivís. Incluso puede ser que os tenga un poco de envidia.
Aunque el debate político puede resultar apasionante, hay veces que roza el ridículo. Parece ser que a nosotros los franceses nos gusta montar el espectáculo y crear algún que otro escandalillo...
Por eso no me adentraré en las profundidades ideológicas de esas elecciones y me centraré en contar cómo se viven desde el otro lado de la frontera.
No podré acudir a las urnas los próximos 22 de abril y 6 de mayo. ¡Pero cuidado! No es por eso que haré engordar las vergonzosas cifras de la abstención. Según mi entender el voto, más que un derecho, debería considerarse como un deber del ciudadano. Quizás sobre este asunto soy un poco extrema pero creo que podríamos plantearnos adoptar las medidas de algunos países como Australia, Bélgica o Brasil en los que el voto es obligatorio.
Entonces os preguntaréis: ¿Cómo hago para dar a entender mi opinión en la sociedad si no me desplazo hasta mi colegio electoral? El voto por correo no existe en Francia. Tampoco me apunté como residente en la embajada de Francia en Madrid. De un lado porque me sigue interesando la política local de mi ciudad (Toulouse). El otro lado está compuesto de diversos elementos, entre ellos una pizca de pereza, ya que cuando me interesé sobre el asunto me pareció bastante complicado. También creo que no me gusta la idea que mi querido gobierno sepa todo de lo que hago. Sí, a veces también tengo mi toque rebelde.
Entonces la posibilidad de ir a votar en la embajada también se cierra para mi.
¿Qué opción me queda?
Es aquí que se abre para mi el maravilloso mundo del voto por procuración.
Este gran invento de la quinta república consiste en elegir un mandatario, al poder ser una persona de confianza ya que este puede poner la papeleta que más le guste en el sobre a la hora de la verdad. Haciendo eso, le otorgamos nuestro derecho al voto. El día del comicio simplemente tendrá que informar al presidente de su mesa electoral que tiene una procuración, y tendrá la posibilidad de introducir dos sobres en la urna.
Sé que me estáis viendo llegar, y que como en toda historia que merezca la pena ser contada, hay un “pero”.
Para poder llevar a cabo este emocionante acto ciudadano, hay que acudir previamente a la fantástica administración francesa y rellenar como no una serie de formularios.
Una epopeya digna del “Vuelva usted mañana” de Larra.


Para los que quieran seguir mis pasos, os aconsejaré la vía más sencilla para hacerlo: acudir a la comisaría de policía. Cuando más pequeña mejor, ya que en la central de Toulouse para tomar un ejemplo, he llegado a ver unas colas dignas de Doña Manolita en época navideña. En cambio en la de mi barrio tardé unos veinte minutos para llevar a cabo el proceso.
Cuando faltan apenas doce días antes de la primera vuelta, me quite esta mañana un gran peso de encima, otorgando mi voto a una de mis hermanas.
Hasta podría decir que gracias a esa visita a la comisaría vuelvo a tener esperanza en mis paisanos. Cuando acude éramos cinco personas rellenando el maldito formulario. Para un martes por la mañana no está mal.
Quizás dentro de poco podremos dejar de avergonzarnos por nuestras altas cifras de abstención para poder centrarnos en otra de nuestros logros nacionales: los pésimos resultados de nuestros deportistas. Pero este es otro debate...

lunes, 9 de abril de 2012

Como bien dice El Corte Inglès: "Ya es primavera"

¡Después de más de un año en silencio, Sage comme un orage renace de sus cenizas!
Coincidiendo con la llegada de la primavera, que devuelve la vida a todo lo que se había quedado dormido, un soplo de vida va a atravesar esas páginas en las próximas semanas.




Hasta la fecha, una de las particularidades de este pequeñito rincón de la bitácora era la diversidad de los temas que trataba. Por eso el lector, desde el encabezamiento podía apreciar la mención “Misceláneas” y su definición. 
A petición de mi profesor de Redacción de Opinión Antonio Rodríguez Ruibal, los próximos artículos estarán todos relacionados con un mismo tema.
No ha sido fácil elegir así que decidí centrarme en un aspecto fundamental en mi vida: la doble identidad. 
La itinerencia entre dos países, Francia y España, que vivo en carne propia desde hace cinco años.
Las costumbres de un país mezcladas a los hábitos del otro. 
Hasta tal punto que en muchas ocasiones no supe contestar a la pregunta de cual de los dos sitios consideraba como mi hogar.



Empezó la cuenta atrás para terminar la carrera de Periodismo y va siendo hora de dejar mi huella en el mundo digital, dar a ver mi propio sello, mi identidad periodística.


A la espera del próximo post os dejo con una foto de lo más primaveral de las flores que adornan la entrada del Museo de los Augustins en Toulouse, Francia (Abril 2009).